Presupuestos Participativos. Columna de Patricio Cerda de Viña Ciudad Nuestra.
El municipio viñamarino anunció el inicio de las postulaciones a sus fondos concursables y dirigido a las organizaciones vecinales, en general organizaciones vivas de la comuna. En un salón atiborrado de dirigentes se anunciaban más de mil millones de pesos del erario municipal destinados a iniciativas deportivas, culturales, de autoconstrucción o seguridad ciudadana, entre otras; “Los Fondos Concursables son una herramienta que fortalece nuestra gestión municipal, porque promueve la participación ciudadana y nos da la oportunidad para construir en conjunto una ciudad que sea cada vez más inclusiva”, expresaba la alcaldesa.
En épocas de estrechez económica para la administración local es destacable que se dispongan recursos que apunten a activar las organizaciones, pues de mutuo propio son pocas las que pueden generar recursos para iniciativas de mayor envergadura. Los fondos municipales son necesarios y esperados. Comienza ahora la búsqueda de apoyos para las iniciativas, el lobby con el concejal, algún próximo al municipal o directamente con la primera autoridad. La cercanía al poder, puede ser determinante a la hora de aprobar o rechazar un proyecto. Inevitablemente, todo muy clientelar.
¿Apunta esto a la “inclusión” o a la verdadera “participación ciudadana” ?, creemos que no, mas bien es un ejercicio de convocatoria y activación de las organizaciones, poniendo a prueba sus capacidades administrativas internas. En este sentido creemos que Viña del Mar debiera avanzar hacia los presupuestos participativos, iniciativa nacida en Brasil hace 30 años, y que en términos simples busca que sea la propia comunidad la que defina mediante votación que iniciativas de concretan en la ciudad. En Chile ha sido replicada en variadas comunas de signos políticos distintos; Lautaro, Puerto Montt, Maipú y más cerca, nuestro Quillota o San Antonio. En esta última comuna, en su última versión, votaron más de 20 mil personas. Democracia directa y deliberativa, sin intermediarios.
Participar es cocrear, y si bien no es la panacea para mejorar la gestión local es un instrumento, una manera de abordar la incorporación de la participación ciudadana en la gestión municipal, generando más transparencia, mayor trabajo colaborativo entre autoridad y comunidad, como además co-responsabilidad en el desarrollo comunal.
Si Viña del Mar desea avanzar realmente hacia una verdadera inclusión y legitima participación, sus autoridades deben abandonar la mirada paternalista hacia las organizaciones ciudadanas y vecinales. Es la única manera de hacerles verdaderos protagonistas del destino de la ciudad.
Patricio Cerda / ONG VIÑA CIUDAD NUESTRA