El yodo se abre paso en la agricultura: un aliado emergente en la nutrición vegetal

Publicado por Equipo GV 2 Min de lectura
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Nuevas investigaciones posicionan al yodo como un micronutriente con potencial para mejorar la salud y productividad de los cultivos, abriendo oportunidades en zonas agrícolas complejas como Chile.

En los últimos años, la búsqueda de nuevas soluciones para enfrentar los desafíos del agro ha llevado a los expertos a replantear el papel de ciertos elementos químicos. 

Uno de ellos es el yodo, un micronutriente conocido por su función en la salud humana, pero que ahora empieza a llamar la atención por sus posibles beneficios en la nutrición vegetal.

A pesar de no estar oficialmente reconocido como esencial para el desarrollo de las plantas, diversos estudios han comenzado a vincular al yodo con mejoras en la resistencia vegetal frente a enfermedades, mayor capacidad antioxidante en los cultivos y fortalecimiento de la estructura celular. 

Esto resulta especialmente valioso en un país como Chile, donde la agricultura se desarrolla bajo condiciones agroclimáticas muy diversas, que van desde el desierto hasta zonas lluviosas del sur.

Yodo: un micronutriente en estudio para mejorar la calidad de los cultivos

El interés por el yodo en la agricultura está motivando a empresas del rubro de la nutrición vegetal como SQM a explorar nuevas formulaciones que integren este elemento dentro de esquemas de fertilización técnica. 

A través de soluciones foliares y vía fertirriego, se busca aplicar este micronutriente de forma controlada y compatible con otros elementos como nitratos de potasio.

En Chile, la industria está liderando estos desarrollos, combinando experiencia técnica con formulaciones solubles, libres de cloro y de alto rendimiento. Esta combinación no solo permite un uso más eficiente del agua en condiciones de estrés hídrico, sino que también podría potenciar la sanidad y la vida útil de los cultivos.

Si bien el rol del yodo aún se encuentra en etapa de investigación, su incorporación estratégica podría marcar el inicio de una nueva era en la agricultura de precisión, ampliando el espectro de nutrientes utilizados para alcanzar cultivos más saludables, productivos y resilientes.

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