El crecimiento es el principal indicador de bienestar de un niño. Por ello, es importante llevar a los hijos a control médico para evaluar su desarrollo y verificar si está creciendo de manera adecuada según su sexo y edad.
Las horas de sueño muchas veces no son consideradas relevantes en la crianza infantil. Sin embargo, un aspecto relevante es promover un equilibrio entre este descanso y las actividades que necesariamente se deben mantener durante el año. Por ello, apuntan a la importancia de poner atención a que no se generen cambios bruscos en algunos hábitos como los ciclos de sueño de los niños, niñas y adolescentes.
“El problema está en que los niños y sus padres no le toman el peso a las consecuencias cuando se relajan algunas rutinas y se permite acostarse a altas horas de la noche o levantarse demasiado tarde, sin reconocer los efectos perjudiciales que pueden tener en su bienestar”, plantea la doctora Carolina Mendoza, endocrinóloga pediátrica de Endoplus.
La falta de descanso adecuado en los menores puede afectar su concentración, provocar alteraciones en su estado de ánimo y generar dificultades en su conducta, en el proceso de aprendizaje y causar en general, un bajo desempeño diurno.
Para la doctora Mendoza la carencia de un sueño suficiente y de calidad tiene un impacto directo en el crecimiento porque durante la noche es el momento en que el organismo secreta mayor cantidad de hormona del crecimiento, que es la encargada fundamental del crecimiento en la niñez y adolescencia. Además, expresa que dormir bien fortalece el sistema inmunológico, mejorando las defensas del organismo y reduciendo el riesgo de enfermedades inflamatorias e infecciosas.
El desarrollo de niños, niñas y adolescentes es una preocupación permanente de los padres por ello, la especialista entrega recomendaciones que son claves para favorecer el crecimiento. “La alimentación saludable y variada que incluya todos los tipos de nutrientes es fundamental. También, realizar actividad física porque el ejercicio estimula la producción de hormona de crecimiento y hay que velar porque los niños tengan un sueño de calidad y la cantidad de las horas adecuadas a su edad. Y por supuesto, que haya un entorno emocional que sea adecuado y que permita el óptimo crecimiento y desarrollo de los niños”.
Evaluación oportuna
Algunos padres descubren tardíamente que su hijo enfrenta dificultades en su crecimiento, trastornos que interfieren con su desarrollo habitual y los llevan a estar por debajo del promedio de estatura correspondiente a su edad y sexo. Por ello, la doctora Mendoza plantea que es importante ponerse al día con los controles pediátricos y chequear el desarrollo de niños y adolescentes porque, así como realizar exámenes preventivos para detectar posibles problemas en su salud en forma temprana.
“El crecimiento es el principal indicador de bienestar de un niño. La invitación es a llevar a los hijos a controles de manera periódica para su evaluación y así, poder detectar si está creciendo de manera adecuada o no, y también ver cómo está el niño desde el punto de vista nutricional o si presenta alteraciones hormonales”, explica.
Y agrega: “en cada control pediátrico vamos pesando y midiendo a los niños y con esos datos, podemos realizar la curva de crecimiento para determinar si es que ese niño va creciendo con una velocidad adecuada o si es que está bajo lo que le corresponde a su carril por edad y sexo”.
Para concluir, la doctora Carolina Mendoza expresa que los controles oportunos permiten diagnosticar e investigar la causa de un posible déficit de crecimiento y, en el caso que se requiera, iniciar un tratamiento de acuerdo con las necesidades de cada persona, recalcando que un inicio precoz de las acciones terapéuticas genera un mejor resultado a largo plazo.