Estas restricciones siembran incertidumbre entre los viajeros que buscan asistir a las instancias finales de este evento deportivo ya en curso.
La reciente prohibición de viajes anunciada por Donald Trump podría afectar la asistencia de fanáticos, la logística y el ambiente general del Mundial de Clubes, que se celebra este mes en Estados Unidos.
El retorno de Donald Trump a la arena política con medidas radicales vuelve a generar controversia. Su nueva política migratoria, que prohíbe el ingreso a ciudadanos de 12 países y podría afectar a otros tantos, ha desatado dudas sobre la viabilidad de eventos internacionales clave, como el Mundial de Clubes de la FIFA, que comenzó el 15 de junio en suelo estadounidense.
La medida, que entró en vigor apenas unos días antes del inicio del torneo, amenaza con generar complicaciones no solo para equipos y jugadores, sino también para miles de aficionados que buscan viajar a Estados Unidos para los partidos de instancias finales y recorrer otros destinos del país.
Además, la política no contempla explícitamente a los fanáticos, lo que podría traducirse en problemas para quienes planeaban asistir al torneo desde alguno de los países afectados.
Entre ellos se encuentran Irán y Haití, naciones con presencia tanto en el fútbol internacional como entre las comunidades de inmigrantes en EEUU. Esto ha levantado alertas entre agencias de viaje, embajadas y organizaciones de derechos civiles, que advierten sobre el posible aumento en los rechazos en frontera, incluso para quienes poseen entradas válidas para los partidos.
Un Mundial en medio de la tensión política
El Mundial de Clubes 2025 es apenas el primero de varios eventos deportivos de gran escala que se realizarán en Estados Unidos durante los próximos años.
A él le seguirán los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 y, más importante aún, la Copa Mundial de la FIFA 2026, que Estados Unidos coorganizará junto a México y Canadá.
Sin embargo, la actual política migratoria ya ha comenzado a tensar las relaciones entre los tres países, especialmente por los comentarios del expresidente sobre Canadá y sus amenazas veladas hacia México.
Este contexto ha derivado en boicots a productos estadounidenses en Canadá, disminución del turismo hacia EEUU y un rechazo a eventos organizados bajo el mandato de Trump. A nivel deportivo, podrían verse afectados aspectos tan diversos como la participación de artistas en ceremonias inaugurales o la colaboración logística entre países vecinos para el Mundial 2026.
Uno de los principales temores es que el ambiente de polarización política y las restricciones migratorias provoquen una escalada de tensiones entre grupos de aficionados, especialmente si se percibe un trato desigual hacia seguidores de ciertos países o comunidades.
Además, la posibilidad de que fans sean retenidos o deportados en frontera puede generar un efecto disuasorio y vaciar las gradas, afectando el espectáculo y el ingreso económico asociado a este tipo de eventos.