Los cenotes más espectaculares cerca de Cancún

Publicado por Equipo GV 6 Min de lectura

Hay algo hipnótico en el silencio líquido de un cenote. Esa mezcla de misterio, historia y belleza natural que los envuelve hace que conocerlos sea mucho más que una excursión. Es un encuentro íntimo con el corazón de la península de Yucatán, donde la naturaleza esculpió con paciencia cavernas, túneles y pozos de agua cristalina que hoy se cuentan entre los atractivos más fascinantes del sureste mexicano.

Quienes llegan a Cancún por sus playas, terminan a menudo maravillados por sus cenotes. No son simples piscinas naturales. Son portales hacia un mundo subterráneo que, durante siglos, permaneció oculto. La selva los protege, el tiempo los modeló, y el agua los convirtió en espejos que reflejan una historia que comenzó mucho antes del turismo.

¿Qué son los cenotes?

La palabra “cenote” viene del maya dz’onot, que significa “pozo sagrado”. Se trata de formaciones geológicas que nacen del colapso de la roca caliza, dejando al descubierto depósitos de agua subterránea. Pueden presentarse como cuevas cerradas, semidescubiertas o completamente abiertas al cielo. Lo que todos tienen en común es esa transparencia casi irreal, como si el agua no tuviera intención de esconder nada.

Los mayas los consideraban puntos de conexión con el inframundo, y por eso muchos cenotes eran escenarios de rituales y ofrendas. Hoy, aunque se los recorra en traje de baño y cámara en mano, ese aire de reverencia sigue presente. Hay una sensación inevitable de estar frente a algo que debe ser respetado.

Por qué los cenotes cercanos a Cancún son tan visitados

El estado de Quintana Roo, donde se ubica Cancún, forma parte del gran sistema de cavernas y ríos subterráneos más extenso del planeta. Esto convierte a la región en un verdadero paraíso para los buscadores de experiencias distintas. Muchos de estos cenotes se encuentran a menos de dos horas de viaje desde la zona hotelera, lo que permite hacer escapadas breves sin sacrificar días de playa.

Además, cada cenote tiene su personalidad. Hay algunos ideales para nadar con tranquilidad, otros con plataformas para quienes se animan a los saltos, y algunos más pensados para quienes quieren bucear o hacer snorkel entre formaciones rocosas. Lo mejor es que muchos están bien acondicionados, con caminos, escaleras y servicios básicos que facilitan la visita, sin restarles autenticidad.

Para aquellos que buscan una experiencia aún más completa, algunos paquetes a Cancún incluyen visitas a varios cenotes, lo que permite conocer diferentes tipos de formaciones y disfrutar de diversas actividades acuáticas. 


Los cenotes más recomendados cerca de Cancún

Cenote Dos Ojos

Ubicado a tan solo 20 minutos de Tulum, el cenote Dos Ojos es uno de los más reconocidos y visualmente impactantes de la zona. Su nombre proviene de las dos cavidades que se observan desde la superficie, conectadas por túneles subterráneos. Nadar en sus aguas es como deslizarse dentro de una cueva esculpida por el tiempo. Es ideal para quienes quieren hacer snorkel o simplemente flotar contemplando las estalactitas y estalagmitas que decoran el interior. La transparencia del agua permite ver peces, formaciones rocosas y raíces que se hunden como filamentos silenciosos.

Cenote Ik Kil

Muy cerca de Chichén Itzá se encuentra este cenote que parece sacado de una pintura mitológica. Ik Kil se abre en vertical como un pozo profundo rodeado de paredes cubiertas de vegetación y lianas colgantes que caen hasta tocar el agua. La entrada está acondicionada para visitantes, con escaleras talladas en piedra que conducen hasta el nivel del agua. A pesar de su popularidad, el lugar conserva un aire solemne que impone respeto. Nadar allí, entre las raíces flotantes y el eco de la caverna, es una experiencia difícil de olvidar.

Cenote Azul

A unos 50 minutos en auto desde Cancún, cerca de Playa del Carmen, se encuentra el cenote Azul, un lugar perfecto para quienes buscan naturaleza abierta y aguas intensamente claras. No está dentro de una cueva, lo que permite disfrutar del sol mientras se nada. Las distintas profundidades lo hacen ideal tanto para quienes solo quieren refrescarse como para quienes desean hacer snorkel o explorar el fondo rocoso. Sus colores varían entre distintos tonos de azul y verde según la luz del día, regalando postales naturales en cada rincón.

Cenote Suytun

Este cenote se volvió famoso por una imagen: una pasarela circular que se interna en el agua y que, iluminada por el haz de luz que entra por el techo de la caverna, crea una escena que parece construida para un ritual ancestral. Situado cerca de Valladolid, Suytun ofrece una experiencia más introspectiva. Al estar completamente bajo tierra, la atmósfera es más silenciosa, casi ceremonial. Es uno de esos lugares donde las fotografías no alcanzan a transmitir lo que se siente al estar allí.

Los cenotes tienen la capacidad de transformar un viaje turístico en algo más íntimo. No por sus selfies, ni por su exotismo, sino porque obligan a detenerse, a sumergirse —literal y simbólicamente— en un espacio que parece ajeno al mundo moderno. Y en esa pausa, quizás, ocurre algo simple: la conciencia de estar en un lugar que no necesita ser comprendido del todo para ser inolvidable.

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