Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Conferencista, escritor e investigador (PUC)
Los padres representan la figura más importante en la vida de los niños, porque tienen la misión de ayudarlos a desarrollarse de manera armónica, así como también a construir las primeras imágenes que los menores tendrán de sí mismos.
A raíz de lo anterior, resulta imperativo que los padres entiendan que deben cuidar cada detalle de la crianza, como por ejemplo: (a) las palabras utilizadas en su relación con losmenores, (b) los gestos y actitudes que adoptan frente a los niños, (c) las formas de entregar cariño y afecto a sus hijos. ¿Las razones para este cuidado? Muy simple: todos estos factores cumplen un rol crucial –para bien o para mal– en el desarrollo de su personalidad.
Cuando el proceso de crianza se lleva a cabo de una manera apropiada, los primeros acercamientos a la sociedad y al mundo que deberá enfrentar el niño de la mano de sus padres, irán forjando poco a poco a una mejor persona.
No obstante lo anterior, existen estilos o modos de enfocar la crianza de los niños que, a menudo, juegan en contra de su sano desarrollo y posterior vida como adultos, a pesar de que el fin último de los padres debiera ser siempre el bienestar de los hijos.
Es así, que algunos estilos de crianza pueden generar desde niños más inquietos y agresivos, hasta menores tímidos, inseguros y con escasas herramientas para enfrentar a sus pares y al mundo. Y aunque las personas adultas busquen el bienestar de los niños, su forma de actuar puede, en ocasiones, provocar más daños que beneficios, especialmente –tal como se verá más adelante– cuando durante la crianza se produce unexceso de críticas hacia los menores, hay distancia emocional y afectiva, existe presencia de mucha rigidez y estrictez, etc., todo lo cual, puede terminar afectando la autoestima del menor.
Desde otro punto de vista –para los interesados en profundizar en este tema– un artículo de María Camila Santana y Deilis Vega publicado en el año 2025 con el título: “Efectos de los estilos de crianza en el desarrollo psicológico y la incidencia que tienen en el maltrato infantil” puede ser muy útil. Ahora bien, diversos expertos han identificado una serie de padres, cuyos estilos de crianza pueden ser perjudiciales para el desarrollo infantil. Revisemos algunos de ellos:
1. Paternidad versus amistad: los padres que sólo buscan ser amigos de sus hijos y cuya conducta negligente, con ausencia de límites lo único que logran es que los menores adopten actitudes que no corresponden a su edad y terminen controlando a sus padres, al desarrollarse en los niños el nefasto “síndrome del emperador”, es decir, niños y niñas que se transforman en verdaderos dictadores en el hogar familiar. Son hijos que son agresivos, controladores y que dicen groserías a los adultos. Dada la carencia de límites, les cuesta adaptarse a la autoridad, ya que en casa no tienen ese modelo, a raíz de lo cual, les resulta difícil aceptar su rol de alumno con el profesor, o de empleado con su jefatura, dado que no creen en las normas y tampoco las respetan.
2. El gran error de sobreproteger: algunos padres sobreprotegen a sus hijos porque creen que no serán capaces de enfrentar su futuro sin su cuidado. Son padres asustadizos que sienten que el mundo es peligroso y por ello los quieren proteger. Sin embargo, oculta en esta declaración de amor, se produce una gran descalificación y desconfianza en las capacidades de sus hijos. El resultado final serán menores que tendrán una pobre imagen de sí mismos, se verán débiles e incapaces de hacer las cosas por cuenta propia, sensibles a las críticas externas y dependientes de los adultos. Al crecer serán inseguros en todos los ámbitos de su vida y requerirán la aprobación de terceros.
3. La sobrevaloración de los hijos: a diferencia del estilo anterior, se producen riesgos al sobrevalorar y/o exagerar los rasgos positivos de los hijos, especialmente, cuando a estos padres les interesa que sus hijos se destaquen en todo: en el deporte, en el colegio, que tenga las mejores zapatillas y juguetes, etc. Ellos se sienten realizados a través del niño, buscando sanar de sus propias frustraciones y limitaciones. Sin embargo, estos padres crían hijos acostumbrados a los halagos, a las recompensas con poco esfuerzo y con baja tolerancia a la frustración. A medida que crecen, el riesgo es alto de que desarrollen un estilo de personalidad narcisista, egocéntrico y arrogante, que los puede convertir en adultos que necesitan ser adulados constantemente, a quienesle cuesta trabajar cuando se requiere esfuerzo y dedicación.
4. El dolor que generan padres distantes: la idea de paternidad en este estilo parental, es que la distancia emocional hará más fuerte al menor. Son padres fríos, distantes, poco afectivos, que evitan el contacto emocional. Si bien no son padres castigadores ni tampoco agresivos, sus hijos no son su prioridad. Creen que mostrar mucho afecto malcrían a sus hijos. El resultado final es que estos menores se sienten, efectivamente, poco valorados, con baja autoestima y tienden a ser personas algo tímidas y retraídas. Les cuesta hacerse notar, expresar sus ideas y hacer valer sus derechos.
5. Rigidez y normas muy estrictas: estos son padres llenos de reglas que limitan en exceso la vida de sus hijos. Ordenan toda su conducta, educan con rigor y exigen al menor comportarse como adulto. Estos niños suelen ser personas ansiosas y retraídas, con dificultades para interactuar con sus pares y que no saben cómo pedir ni dar ayuda a los demás. De adultos les cuesta mantener relaciones de pareja porque temen necesitar a alguien y depender de su cariño.
6. Cuando la autoridad se convierte en críticas y descalificaciones: la abundancia de críticas y descalificaciones durante la crianza pueden ser muy dañinas, ya que si se bombardea a los niños con frases como “eres un flojo y un tonto”, “te comportas como un inútil”, etc., ellos van a internalizar estas frases como ciertas y enfrentarán al mundo pensando que son así. Son niños con una pobre autoimagen y sin confianza en sus capacidades. Suelen gastar mucha energíainterna intentando enfrentar el dolor de las descalificaciones de sus padres.
Por el contrario, la llamada “paternidad segura” es el estilo que más ayuda al niño(a) a desarrollar una sana personalidad, ya que es un estilo de crianza que entrega normas de conductas claras, sin ambigüedades, abiertas y flexibles, existe comunicación habitual con los hijos, son padres que conocen y saben cómo reaccionarán sus hijos ante ciertos estímulos y que logran calmar al niño cuando les pasa algo malo ante situaciones difíciles y estresantes.
