Las listas de espera constituyen uno de los principales desafíos para el sistema público de salud en Chile, reflejando la brecha estructural entre la demanda y la capacidad resolutiva. Al 31 de marzo de 2025, se registraron 2.728.211 interconsultas pendientes para consultas nuevas de especialidad no GES; de ellas, el 19,9% correspondió a odontología. En este ámbito, las mayores demandas se concentraron en rehabilitación oral (prótesis – 29,7%), ortodoncia y ortopedia dentomaxilofacial (frenillos – 21,1%) y endodoncia (tratamientos de conducto – 14,9%).
La magnitud de esta espera no es solo una cifra, sino una señal de inequidad en el acceso. La endodoncia, esencial para la preservación de los dientes destruidos por caries y la prevención de complicaciones de infecciones dentales, continúa siendo una de las prestaciones más postergadas. En paralelo, la ortodoncia, especialmente en población pediátrica y adolescente, es clave para el desarrollo funcional y psicosocial, pero su retraso amplía las brechas en salud oral y calidad de vida.
Estos datos muestran una contradicción respecto de los Objetivos Sanitarios 2021-2030, que buscan mejorar el bienestar, disminuir inequidades y asegurar calidad en la atención. Mientras la demanda por estas especialidades aumenta, los cupos hospitalarios para profesionales odontólogos y la formación de especialistas se mantienen insuficientes, limitando la capacidad de respuesta.
Resulta imprescindible avanzar en una política pública que incremente la disponibilidad de horas de atención pública de especialistas en odontología y fortalezca la formación de capital humano avanzado a través de becas ministeriales focalizadas en endodoncia y ortodoncia. Solo con estas medidas será posible reducir la brecha actual, cumplir los compromisos sanitarios de la década y garantizar una atención equitativa y de calidad en salud bucal para la población chilena.
Felipe Constenla A.
Director de Postgrados y Especialidades Odontológicas
Facultad de Odontología
Universidad San Sebastián